147 afiliados de Nueva EPS recibieron una nuevavida, a través de un trasplante de corazón

El corazón es el tercer órgano con mayor número de trasplantes funcionales (exitosos) en afiliados de Nueva EPS.
Emiliana Moreno Daza es una niña de 10 años que ha pasado por más citas médicas que muchos adultos del común. Cuando nació una alerta le advirtió que algo no estaba bien y que los próximos años serían de pruebas y exámenes que le permitirían alcanzar lo que muchos no consiguieron, un nuevo corazón.
Todo empezó con un “soplo”, un diagnóstico poco claro y menos alentador que los llevaría por un camino de hospitales, clínicas y procedimientos, hasta llegar el momento más importante en su vida y la de sus padres, una llamada confirmando que había un órgano que podría darle una nueva oportunidad, una nueva vida.
Su madre, Yudy Daza, lo denomina milagro. Y es que no es solo la posibilidad de un donante, deben ser todas las coincidencias que implican, que ese sea el donante indicado, edad, peso, genética, pero lo principal, una familia que estuviera dispuesta a comprender que la decisión de entregar los órganos de su hijo podría darle la posibilidad a una, o varias personas de tener una nueva oportunidad.
“Eso empezó en el 2019, el Dr. la revisó y se dio cuenta que tenía un soplo muy grande, empezó un seguimiento con pediatría y con el cardiólogo quien se dio cuenta que el soplo no cerraba, decidieron operar y la cirugía se complicó y fue ahí donde quedó con la miocardiopatía dilatada que fue lo que llevó a todo el proceso de trasplante de Emiliana” recuerda Yudy.
Y es que, según la Dra. Catalina Gallego, Médica Internista y Cardióloga de la Clínica Somer y quien también hizo parte del equipo de trasplante “esto es un proceso mucho más complejo de lo que las personas conocen, muchas veces se piensa que tan solo es encontrar un corazón que le quepa al receptor, pero eso tiene mucho más, primero uno tiene que buscar que sean de la misma talla, es decir de la misma estatura y el mismo peso, lo más similar posible, y en el caso de los niños es un poco más difícil, porque necesitamos si es un niño, que también provenga de un niño”.
Y allí es donde interviene el Sistema de Salud. El engranaje entre Nueva EPS y la Clínica Somer en Rionegro debía ser perfecto, pues, aunque no era una tarea sencilla, todo debía estar listo en términos de autorizaciones para cuándo llegará el tan anhelado momento que bajo este contexto era una tarea sin pruebas de error.
A las 3:00 de la mañana de un día de marzo, el timbre de su celular le anunció la noticia que por tantos días habían esperado, un corazón estaba listo para ser trasplantado, el milagro se había materializado. “Fue la llamada de la esperanza, la llamada del milagro la llamamos, que fue en el momento en el que nos dijeron que ya había aparecido el donante para Emiliana, que ya iba para el proceso de trasplante” Asegura Yudy al recordar ese momento, uno de los más importante de su vida.
Emiliana lo entiende y con sus sueños se concibe que lo que para otros es cotidianidad para ella es volver a tener una vida “Mi mayor sueño es entrar a una escuela a estudiar, porque eso es lo más importante para mí, y también quiero ser una doctora reconocida en este hospital, a ver si me puedo encontrar con alguien que conociera en mi infancia, me encantaría”.
Después de dos meses en lista de espera, Mariana recibió un nuevo corazón y ahora hace parte de los 147 afiliados de Nueva EPS que recibieron un trasplante funcional de este órgano durante el 2025.
“Cuando llegamos a ese momento es porque tomamos la decisión de que es la única alternativa que queda, así que, probablemente tener un trasplante de corazón es tener una segunda oportunidad de vida, un milagro, después de una enfermedad que seguramente va a ser fatal si no se toma esa decisión” concluye la Dra. Gallego frente a la posibilidad de lograr un trasplante exitoso.
Actualmente Emiliana sueña, pero sus propósitos se proyectan para cuando sea adulta, quiere ser doctora para devolver un poco de lo que la vida y el destino le dieron como su regalo más preciado.
Para Yudy Daza “Tener la dicha de estar en mi casa con mi hija, durar meses sin venir a una clínica, solamente a controles y exámenes es muy satisfactorio, ver como avanzamos día a día en la casa, en que pueda correr, en que puede jugar, en que venimos a las citas y el corazón está cada día mucho mejor, en que Emiliana ya puede hacer muchas cosas que antes no podía hacer, ha cambiado demasiado la vida de nosotros como familia”.