Las raíces nórdicas inspiran reflexiones sobre identidad y memoria en el Caribe

El encuentro, realizado en el Salón Boris Rosanía (31K), reunió a Carl Langebaek, profesor tdel Departamento de Antropología de la Universidad de los Andes; Alexis de Greiff, profesor asociado de Sociología en la Universidad Nacional de Colombia y director del Centro para la Educación Política; y Juan David Botero, abogado, escritor independiente y especialista en la vida del científico sueco George Dahl. Juntos ofrecieron un diálogo que brindó memorias íntimas, transformaciones culturales y relatos de resiliencia en torno a las migraciones nórdicas.
Fue así que Langebaek abrió el coloquio desde la vivencia personal. Crecer como hijo de un padre danés y una madre panameña en Colombia lo llevó «a reflexionar sobre el peso de las raíces biculturales». Recordó cómo su tío abuelo, Kluge Langebaek, ingeniero civil, recorrió China y el Caribe antes de establecerse en el país, y cómo su propio padre, también ingeniero, contribuyó a la construcción de fábricas de cemento. “La mentalidad danesa es una mentalidad de salir a ver el mundo. En Dinamarca todas las familias rastrean sus orígenes hasta tiempos muy remotos”, puntualizó.

Por su parte, De Greiff narró la transformación de su familia de inmigrantes suecos que, tras asentarse en Antioquia, pasó de ser protestante a católica o agnóstica, marcada por el fuerte carácter de las mujeres locales. Pero, sobre todo, compartió su perspectiva sobre los de Greiff, argumentando que a pesar de sus orígenes suecos son «absolutamente colombianos».
Los describió como “melómanos, liberales anticlericales y tolerantes”, capaces de mantener amistades en distintos espectros ideológicos. “Todos mis viajes son viajes de regreso”, citó a León de Greiff, aludiendo a ese lazo invisible que une la memoria familiar con sus raíces nórdicas. De acuerdo con sus registros, los de Greiff vivos en este momento son alrededor de 200.
Botero completó el panorama con la historia de George Dahl, un científico sueco que llegó a Colombia en los años 20 y cuya vida estuvo marcada por la exploración de la riqueza biológica del trópico. Relató cómo Dahl convivió durante dos años con los indígenas emberá en el Alto Sinú, experiencia que inspiró varios de sus libros. También resaltó el papel de Marta Dahl, esposa del científico, quien ilustró sus obras y dejó un legado artístico de gran valor. “Existe un material literario extraordinario que debería traducirse al español para que los colombianos conozcan la mirada de un europeo sobre la diversidad de nuestro país”, señaló.
De esta forma, este diálogo en Cátedra Europa rescató historias familiares e invitó a pensar cómo las migraciones del pasado siguen influyendo en la forma en que se construyen identidades y memorias colectivas en Colombia.