En Baranoa, niños del Atlántico firmaron pacto por la lectura
Más de 120 niños participaron en la celebración literaria, liderada por la Gobernación del Atlántico y la Alcaldía de Baranoa.
En el marco del Día Mundial de la Lectura, la Gobernación del Atlántico, su Secretaría de Educación, su Secretaría de Cultura y Patrimonio, en alianza con la Alcaldía de Baranoa, sellaron un pacto simbólico para que los niños y jóvenes del departamento se enamoren del hábito de leer en escuelas, bibliotecas y espacios no convencionales.
Más de 120 niños, entre 8 y 12 años, plasmaron sus huellas en el mural ubicado en la Biblioteca Pública Municipal Pedro Goenaga Oñoro, en Baranoa, donde tuvo lugar la actividad ‘Gigantes de la Lectura’, una jornada llena de teatro, pintura, cuentos y lecturas guiadas.
“Para la gobernadora Elsa Noguera es importante que nuestros niños se enamoren de la lectura, que los convertirá en ciudadanos ejemplares en el departamento. Por ello tenemos a disposición 28 bibliotecas públicas, que reciben anualmente a 200 mil visitantes, que generan 370 mil consultas en su material bibliográfico”, aseguró la secretaria de Cultura y Patrimonio, Marcela Dávila.
Uno de los grandes aliados para incentivar dichas prácticas literarias, entre las nuevas generaciones, es el cuerpo docente del departamento, que cuenta con el acompañamiento permanente de la secretaría de Educación, para aumentar los indicadores de lectores y escritores en los municipios.
“La lectura, además de ser fuente de diversión para niños y jóvenes, también abre un mundo de posibilidades para la comprensión de lectura que, posteriormente, será evaluada en nuestros jóvenes. Actualmente estamos promoviendo las competencias lingüísticas de nuestros niños y vamos a trabajar, junto a nuestros directivos y profesores, para mejorar los hábitos de lectura en las instituciones del departamento”, comentó la secretaria de Educación, Catalina Ucrós.
Uno de los beneficiados de la jornada de ‘Gigantes de la Lectura’ fue Luiger Zambrano, de 11 años, quien llegó a la biblioteca municipal para disfrutar la mañana literaria, que puso a volar la imaginación de la niñez atlanticense, en medio de un ‘mar’ de cuentos, fábulas, cartillas y libros didácticos.
