El país al revés
En Colombia, país donde la institucionalidad está a punto de alcanzar como valor el “cero absoluto”, el sistema acusatorio ha decidido que es más divertido —y rentable— acosar a aquellas personas que han logrado hacerse a sí mismas con el sudor de su frente que perseguir a los verdaderos delincuentes.
Basta con que se descubra que haya alguien a quien le esté yendo bien en la vida, para que los fiscales enfilen sus garras y sus ávidos colmillos contra él.
La táctica consiste en amenazarles con alguno de esos tecnicismos a que todo hombre de negocio se ve obligado a acceder si quiere sobrevivir en un mundo tan salvaje y politizado como lo es el inmobiliario.
Eso, precisamente, es lo que le está ocurriendo al tomasino Manuel García Turizo; una persona a la que todos conocemos y quien creó una empresa que, no solo ha traído innumerables puestos de trabajo a nuestra población, sino que se ha convertido en símbolo de progreso y de emprendimiento para nuestro municipio.
Entre tanto, sin embargo, los que trafican con la conciencia de la gente y esquilman el erario público, siguen tan campantes por ahí, dándose la gran vida y saltándose todas los procedimiento y las disposiciones legales que bien les viene en gana. ¡Lamentable!
