Mujeres: ni estamos en venta ni somos objeto sexual de nadie

Por: Martha Villalba H. 

Para nadie es un secreto que durante los más de 50 años que duró el conflicto armado en el país con el Paramilitarismo y la Guerrilla de las FARC, la violencia sexual contra la mujer fue una de las practicas que imperó en estos grupos subversivos con  los más altos niveles de impunidad y que lamentablemente hoy, luego de un proceso de paz,  vemos como este delito que atenta contra la dignidad de nosotras y vulnera nuestros derechos sigue latente en las estructuras criminales que aún siguen delinquiendo. 

Hoy, la triste realidad es que este tipo de vejámenes contra la mujer lo vivimos en todo el territorio nacional, en el que las principales víctimas son niñas, adolescentes y mujeres de comunidades indígenas y afrocolombianas.

En plena conmemoración del Día Nacional por la Dignidad de las Víctimas de Violencia Sexual, en el que según el Registro Único de Víctimas (RUV), “han sido alrededor de 26.534 mujeres las que han padecido este tipo de abuso y el uso de sus cuerpos como arma y campo de guerra”, me indignó ver el vídeo en el que el un locutor, en plena emisión de su programa radial, sostiene una charla con un palabrero Wayuu en la que claramente se promueve la explotación sexual de las mujeres de esta etnia.

Esta delicada situación nos lleva a alzar nuestra voz de protesta y a pedirle a las entidades competentes realizar las investigaciones pertinentes. Las mujeres, todas en general, sin distingo de raza, etnia o religión, merecemos respeto, no somos objeto sexual de nadie, no estamos en venta y no podemos permitir que se sigan vulnerando nuestros derechos.

Mi solidaridad con las mujeres indígenas Wayuu, que con su liderazgo son las encargadas de preservar y extender sus raíces y son símbolo de una gran sabiduría.