Con una máquina que hace hilo reciclado, Alianza Estratégica Textil busca disminuir los desechos en la industria de la moda
5 de noviembre de 2019Moda
Después de dos años de trabajo, este martes se presentó, en la Casa Club Caribe de la Universidad Autónoma del Caribe, el proyecto Innovación Colaborativa de la Alianza Estratégica Textil, un proyecto el que, con una máquina desfibradora, se produce hilo reciclado a partir de excedentes textiles y que pueden ser utilizados en la creación de productos artesanales sostenibles.
El proyecto se denominó ‘Innovación colaborativa en la fabricación de hilo reciclado a partir de excedentes textiles, para la creación de productos artesanales sostenibles del Caribe colombiano por medio del diseño-desarrollo de una máquina desfibradora’.
La Alianza está conformada por una empresa ancla que es la compañía nacional de textiles, Contex, representada por la ingeniera Erlinda Geraldino y el profesional en diseño textil, Jesús Maldonado; dos empresas cocreadoras: Telary Home, representada por la diseñadora gráfica Wendy Cano y Bico Industries, por la ingeniera Marcela Figueredo, y una generadora de conocimientos, que es la Universidad Autónoma del Caribe, a través del grupo de investigación Ecodesarrollo, en cabeza de la docente Astrid Barrios.
Este proyecto de innovación se encuentra articulado por el programa AtlántiCOcrea, de la Gobernación del Atlántico, que es una estrategia que articula el sector público, el sector privado y la academia, para la implementación de proyectos de innovación colaborativa, en busca de elevar los niveles de productividad y competitividad del tejido empresarial en el departamento.
“Nosotros presentamos, de manera inicial, la implementación del modelo y como se pueden articular los sectores, para pasar de ideas a resultados. Puntualmente se presentó la alianza con Contex, donde Uniautónoma participó activamente como generador de conocimiento, y se mostraron los resultados de ese proyecto”, explicó Victor Deluque Vidal, director de AtlántiCocrea, sobre la presentación que se hizo en Casa Club.
En cuanto al proyecto, el mercado textil presenta una gran deficiencia con relación a desperdicios pues equivalen al 12% de la producción en total. Este fue el problema que identificaron los miembros de la alianza y a partir de ahí decidieron que ese era el camino por el que se iban a dirigir: una idea ecosostenible que ayudara a mitigar el impacto de la producción textil en el medio ambiente, usando un proceso de reciclaje.
Erlinda Geraldino ejemplificó que si se producen, en promedio, 100 toneladas mensuales de productos textiles, el 10 o 12 por ciento de esas mismas toneladas se van a convertir en desperdicio.
Por otro lado, todo ese material textil debe pasar por tintorería, para ser sometido a un proceso denominado adhesión del color, donde por cada 300 kilogramos de material, se consumen entre 1800 y 3600 litros de agua, sin mencionar los insumos químicos. Además, la fabricación del hilo reciclado reduce el uso de algodón, de químicos y de agua porque el producto no necesita pasar por la fase de tintura, al ser separados los residuos por color el hilo sale con su tonalidad final y se ahorra gran cantidad de energía. Por si no fuera poco, las telas 100 % de algodón tardan de dos a tres años en biodegradarse, pero la mezcla de algodón y poliéster tarda entre 8 y 10 años para ser asimilada.
Los investigadores revelaron que, mensualmente, en promedio, 26 toneladas de residuos textiles son reutilizados en la elaboración del hilo, con lo que se evita que dicho material vaya a parar a rellenos sanitarios. También, con este proyecto, la Alianza logró la reutilización de esos desperdicios textiles que se generan en todo el sistema con un impacto social, al entregarles el hilo a las artesanas de la región para que realicen sus creaciones. Pero estas no son las únicas problemáticas que decidieron atacar pues, dentro del proceso, abrieron nuevas oportunidades de empleo para las personas con discapacidad auditiva.
La calidad y resistencia del hilo reciclado de la Alianza Estratégica Textil están comprobadas, con este insumo se puede hacer una amplia variedad de productos, desde una hamaca hasta un collar. De los 250 artesanos que realizan creaciones con la fibra reciclada, en coordinación con la alianza, sobresalen fabricantes de bolsos en Usiacurí, de collares y camisas en el corregimiento de Chorrera, Juan de Acosta, así como provenientes de los Montes de María y La Guajira que se especializan en individuales, hamacas y mochilas estilo wayuu, respectivamente.
“Este proyecto nos está mostrando el futuro para la generación de la nueva productividad, una nueva cultura que nos muestra algo totalmente diferente a lo que tradicionalmente se ha venido trabajando”, expresó Emilia Velásquez, decana de la facultad de Arquitectura, Arte y Diseño y directora del programa de Diseño de Modas.
Astrid Barrios Barraza, quien hace parte de la Alianza como la generadora del conocimiento a través de la Corporación Cientech, es también docente investigador del programa de Diseño de Modas y considera que “es necesario traer estos proyectos a la Universidad porque son de gran impacto en la sociedad y cuyo foco es el desarrollo humano, en este caso enfocados en los artesanos de nuestra región y de valorar su producto”.
De la misma forma, Deluque agrega que “la academia tiene una competencia muy clara y es la investigación y eso, apoyado sobre el sector productivo, es una forma casi garante de éxito, es lo que propusimos aquí y lo que estamos viendo con este proyecto”.
Es por ello que, por medio de los semilleros de investigación Co-Desarrollo, los estudiantes del programa de Diseño de Modas, pueden hacer parte de esta iniciativa y trabajar con base en los objetivos del proyecto.
Pero no es la única forma en la que la Uniautónoma aporta a esta innovación, según lo revela Erlinda Geraldino, “el apoyo de la institución ha sido fundamental pues a través de ella nos dieron las pautas para poder formar el proyecto de manera adecuada. En la industria siempre hemos tenido claros cuales son las falencias pero estructuralmente no sabíamos cómo desarrollar las mejoras, que se convirtieran en un proyecto apoyado por la Gobernación, en eso nos apoyó la Universidad”.
A manera de gratitud, el grupo le hizo entrega al programa de Diseño de Modas un reconocimiento por su participación en el proyecto Innovación Colaborativa, recibido por la directora de programa.