Este 30 de agosto se conmemora el Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada en Barranquilla

La desaparición forzada es una de las más crueles formas de violación de los derechos humanos, por ello, la búsqueda de las personas desaparecidas como consecuencia del conflicto armado y de otras situaciones de violencia, es uno de los principales retos en términos humanitarios que afronta nuestro país para la construcción de paz, con la preocupación que todavía, siguen desapareciendo personas.

Con ocasión a esta fecha, la Unidad para las Víctimas, Defensoría del Pueblo, las alcaldías de Barranquilla y Soledad, la Unidad de Búsqueda de Personas, la Comisión de la Verdad y la organización Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado -MOVICE-, liderarán este viernes varias actividades conmemorativas en Barranquilla para sensibilizar y visibilizar a los distintos actores estatales y sociales sobre la necesidad de avanzar en el esclarecimiento de las desapariciones cometidas en el pasado, para su prevención en el presente y para su erradicación en el futuro.

Entre las actividades, se llevará a cabo el evento Conmemorativo “Los desaparecidos. Una lucha permanente hasta encontrarlos”, que se realizará en las instalaciones de la casa de la Memoria, a partir de las 9:00 a.m. (Calle 45 entre cra 35 y 38). Así mismo, tendrán una emisión radial especial denominada “La desaparición forzada una lucha contra el olvido y la impunidad” a través del programa ‘Participando, ando’ de Radio Tropical 1040 a.m; y la exhibición de historia de casos de desaparecidos en diferentes instituciones públicas y estaciones de transporte público.

A la fecha, según el Registro único de Víctimas, existen en Colombia 174,575 víctimas de desaparición forzada, entre las que no solo hay víctimas directas (los desaparecidos), sino también víctimas indirectas (sus familiares), y que son tan diversas (sindicalistas, estudiantes, población de sectores vulnerables y marginalizados) que es difícil establecer un perfil específico. En Atlántico, se registran por haber declarado este hecho victimizante 3.229 personas, de las cuales 2,109 residen actualmente en el departamento y 1.249 casos ocurrieron en esta zona del país.

Sin embargo, las cifras siguen siendo un reto para las instituciones, puesto que se trata de un delito cuya intención o modo de ejecución que además de usar el miedo como herramienta de chantaje para obligar a las personas a realizar acciones en contra de su voluntad, pretende el “ocultamiento de los cuerpos”, lo cual deriva en un subregistro muy alto.  Así como también la falta de profundizar en el análisis de muchos de los aspectos de este fenómeno: el análisis social y espacial en el que sucedieron los hechos, la relación del cuerpo con la violencia y el poder, los impactos psicosociales y los daños emocionales de las víctimas, los cuales son incalculables por la naturaleza y las características de este delito que producen una incertidumbre permanente que impide hacer el duelo.