Reapertura de los colegios, un riesgo inminente.
16 de mayo de 2020Colombia Opinión SaludWarning: Undefined array key 1 in /home/lametron/public_html/wp-includes/media.php on line 71
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Por Ricardo Villegas Padilla
El día 14 de mayo del presente la señora ministra de Educación María Victoria Angulo, en entrevista concedida a noticias caracol, habló sobre la posibilidad de reanudar, en el cercano plazo, las clases presenciales, lo que supone un riesgo inconmensurable para estudiantes y docentes del país.
Llama poderosamente la atención el apresurado anuncio, toda vez que, el crecimiento exponencial de positivos para COVID-19 en Colombia, dicta el gran riesgo en el que emerge la sociedad, siendo la comunidad educativa en su conglomeración, uno de los principales focos de propagación de la pandemia.
Aunado a lo anterior, es pertinente anotar que, el Magisterio colombiano, en su mayoría, está integrado por docentes de población adulta mayor, grupo que según reportes internacionales de tasas de contagiados y mortalidad del coronavirus, es el más afectado; principalmente por las comorbilidades características de personas mayores de sesenta años.
Aunque la población infantil sea la menos afectada, no por ello no debe protegerse al igual que a las demás, máxime cuando son potenciales receptores y transmisores del virus. Por otra parte, a los más de trescientos mil maestros del Magisterio, se suman los docentes de instituciones privadas y universitarias; y, por ende, los núcleos familiares de todos los anteriores.
Ante la objeción consensuada de docentes frente a semejante despropósito de reabrir las instituciones de forma apresurada, sin unas bases científicas solidas que brinden certidumbre a la sociedad, sobre la seguridad de la comunidad educativa ante el riesgo de contagio, han brotado consignas desde diferentes sectores de la sociedad, tildando a los maestros de flojos y vagos, inobservando que durante la pandemia, si alguien ha trabajado fuerte, somos los maestros, readaptándonos en las formas de interacción, preparando clases, talleres, atendiendo a estudiantes y padres de familia, en horarios más prolongados que los habituales.
De forma sugerida, como aporte a las consideraciones de las autoridades de reabrir las instituciones educativas, el compañero Dewis Anaya Meza plantea las siguientes recomendaciones.
- Destinar aulas para máximo 15 estudiantes con distancia mínima de 1.5. metros (150 centímetros).
- Prueba certificada COVID-19 negativa de estudiantes y profesores.
- Prueba certificada COVID-19 negativa del núcleo familiar de estudiantes y profesores.
- Desinfección de calzado y ropa de estudiantes y docentes.
- Desinfección diaria de salones, áreas comunes y equipos de uso diario.
- Agua potable a través de grifos y jabón disponible.
- Termómetro láser para medición de temperatura al iniciar la jornada escolar.
- Tapabocas para todos los miembros de la comunidad educativa.
- Guantes, Caretas de protección o gafas de protección para los docentes y estudiantes.
- Eliminación de recreos y encuentros masivos, en el exterior e interior de las instituciones.
Es importante destacar que, de no cumplirse con estrictos protocolos de bioseguridad, será muy difícil un retorno seguro a clases y estaría el gobierno nacional, en cabeza de la Ministra de Educación, María Victoria Angulo, poniendo en riesgo niños, niñas y jóvenes, ya que podrían ser potenciales contagiados y diseminadores de la COVID-19. No hay que olvidar que, la OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda que es mejor seguir con la educación virtual y a distancia. No obstante, la baja conectividad y el limitado acceso tecnológico de la población colombiana, ha desnudado otras las falencias sociales y educativas.
Por ello, el temprano regreso a clases, en medio de la propagación acelerada del contagio y del temor causado en la sociedad, amenaza con una deserción escolar sin precedentes en Colombia; es natural que los padres prefieran proteger a sus hijos. Siempre que existan garantías, el gremio, directivos y docentes, y seguramente los padres de familia, estarán de acuerdo con el retorno a las instituciones, mientras, es una utopía.